Sí, las vacaciones son para disfrutar pero… ¡Qué bien sienta tirarse al suelo a jugar con los niños! Y que todo esté reluciente y acogedor. Gran parte de esa doble sensación es fruto del cuidado del hogar. Y aunque, en principio no apetece ponerse a limpiar, tener todo perfecto y desinfectado de forma sencilla y sin perder mucho tiempo es más fácil de lo que piensas. Para que pases de… ¿Limpiar mi casa de vacaciones? A… feliz en mi casa limpia en vacaciones.
¡Un baño para todos! Eso es mucho cantar
Cuando nos vamos de vacaciones una sensación llamada felicidad nos invade con el paso de los días (primero hay que conseguir relajarse). Al principio no tenemos en cuenta pequeñas incomodidades cotidianas de nuestra nueva rutina en una vivienda diferente (casi siempre más pequeña o limitada).
Es muy probable que solo haya un baño para todos en el apartamento o que la casa de los abuelos no de abasto. Si toca compartir entre 11 los dos baños y el aseo… ¡Hay que desinfectarlos a diario!
- Porque a nadie le gusta ver nada que no sea suyo
- Para prevenir la transmisión de gérmenes de todo tipo, ¡incluidos virus!
Es fácil. Para un mantenimiento diario eficaz pero con poco esfuerzo, puedes aprovechar un bote con difusor. Echa 2 partes de lejía por 8 de agua fría. Solo tienes que pulverizarlo de vez en cuando por los sanitarios. Así se mantendrá impoluto. Y no perderás tiempo de ocio.
Jardín o terraza… El nuevo salón
Con la llegada del verano, el centro de reuniones, y zona común por excelencia, se traslada del salón al exterior. Los más afortunados, al jardín o la finca. Los menos, al patio o la terraza. Pero, a fin de cuentas, el lugar de deseo de todos.
Los espacios al aire libre requieren cuidados especiales que suelen ir acompañados de un esfuerzo extra. Es entonces cuando nos asalta la pereza… ¿Limpiar mi casa de vacaciones… con jardín y todo? Sí, especialmente la zona de acceso al interior de la casa o apartamento.
Barrer y fregar esta zona es una tarea sencilla y rápida. Si, además entras descalzo o te cambias de calzado mejor. Disminuirás la presencia de suciedad en el suelo del interior. De polvo y los ácaros que viven en él. Y el suelo de la vivienda estará perfecto más tiempo. Preparado para ver una peli con la ayuda de un buen cojín (al que no le toque sofá).
¡Y recuerda! Practicar esta pequeña rutina después de las comidas en la terraza dispersará a las hormigas y a otros bichos.
La mágica y eterna cocina, donde todo se cuece
Y no hablamos de comida, sino de conversaciones, secretos y risas cómplices. Las cocinas representan, sin duda, el lugar más especial de una casa. Porque entre cocinados son testigos de gran parte de nuestra vida.
Pero necesita, como todo, un poco de dedicación para mantenerla limpia. Por eso, aunque pienses que tu cocina es rústica y que apenas se nota la suciedad está ahí.
Muchas manos tocándolo todo. Sacan y cortan alimentos. Que guardan después dejando algún pedacito o gota por el camino. Además de evitar una intoxicación alimentaria, mantener la cocina limpia con todo en su sitio da paz. Y mantiene a los insectos lejos.
Procura limpiar las encimeras con un desinfectante y una bayeta. Quita en el momento las pruebas de haber cocinado. Y no dejes que las migas y otros fósiles alimenticios se adueñen del suelo. La fregona (con agua y jabón) es la mejor aliada en estos casos porque es:
- Cómoda
- Rápida
- Elimina los restos que no se ven
Textiles y sofás: los otros entornos sensibles
Si pensar en limpiar mi casa de vacaciones me pone nervios@, es importante aprender a relativizar. Porque se trata más de una cuestión de mantenimiento, que de zafarrancho de combate de primavera.
Sofá
Tanto si se trata de un sofá para todos o hay sillones independientes, conviene que estén limpios. Los sofás se llevan una buena paliza a diario: el roce de los pies, pelos y migas que se van guardando, y alguna que otra baba de siesta que se nos despista. Por eso:
- Deja que ventile bien
- Sacude las migas y cosas que haya podido acumular en todos sus recovecos
- Y, si vais a pasar una larga temporada, lava la tela o fundas según estos timings de lavado.
Lavar ropa de casa… ¡No acaba nunca!
Instalarse requiere una puesta a punto previa. Es normal que cuando llegamos a nuestra casa de vacaciones tengamos una montaña de ropa que lavar. Son todas las prendas que hemos almacenado en nuestra segunda vivienda. Y que necesitan un remojo para recobrar el olor a limpio y el tacto de siempre.
Poner una lavadora mientras se hace el café, no cuesta nada. Y después del desayuno la puede tender al que le toque. Como un juego. Así, sólo lo hará uno cada día y nadie tendrá la sensación de tener obligaciones tediosas.
Pero si ni con juegos es posible organizarse un poco porque ya estamos inmersos en los caóticos horarios de vacaciones… ¡Tranquilidad, tienes una lavandería autoservicio Lavalux cerca de ti!
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